Curitiba

Curitiba

sábado, 18 de febrero de 2012

Rio de Janeiro: Dia 4

Ayer al levantarme me sentí tan cansado pero que ni se de que. Para mi es que es ese mexicano que no aguanta el ritmo brasileño, hahaha. El día había sido planeado sólo para ir al carnaval de la calle. Habíamos pensado ir temprano pero nos tardamos un poquito y llegamos a las dos. La verdad es que nunca pensé que los cariocas se tomaran tan en serio esto del carnaval pero aunque sea un pequeño carnaval de calle, todos y me refiero a TODOS los que van al grupo se visten con algún disfraz, lo que es bien gracioso ver a personas en la calle, en el metro vestidas de cualquier cosa que te llegue a la mente, por lo que decidí llevar sólo una gorra y al ver a los amigos de mi primo hasta pena me dió ver que todos bien felices con sus disfraces listos para el carnaval. 

Ontem ao me levantar senti-me tão cansado mas nem sei do que. Eu acho que é esse mexicano que não aguenta o ritmo brasileiro, hahaha. O dia tinha sido planejado só para ir ao carnaval da rua. Tinhamos pensado assistir temprano mas a gente demorou um pouquinho e chegamos as duas horas. Na verdade é que nunca achei que para os cariocas fosse tão importante o carnaval ainda que seja da rua, porque eu falo de todos, de TODOS as pessoas que vão para o bloco se fantasiam. E no caminho é engraçado ver pessoas com suas fantasias andando de ônibus ou nas ruas, pelo que eu decidi usar só um gorrinho, mas ao ver aos amigos do meu primo todos fantasiados foi meio estranho pra mim porque só vestia uma capa. Mas de qualquer jeito foi bom, ainda sem fantasia.








Cuando llegamos vi de todo lo que pudiera imaginarme en disfraces.

Quando chegamos vi tudo o que se imagina de fantasias.












Hasta alegría me dió ver disfraces de "mexicanos".

Até vi "mexicanos"!




No cabe olvidar que la abuelita nos acompañó a todo, apesar de sus ochenta y três! Que bonito es verla tan animada y dispuesta. Al regresar a casa pude ver una favela que aparecía desde el final de la calle, en lo alto de un cerro.

Não me esqueço de falar que a avovó mesmo tendo oitenta e três anos, esteve sempre consco. Que bom é vé-la tão animada e disposta. Ao voltar a casa vi uma favela no final da rua, num morro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario